Envidia y Celos
- Pastora Diana Montalvo
- Aug 26, 2015
- 3 min read
Celos: recelo que alguien siente de que cualquier afecto o bien que disfrute o pretenda llegue a ser alcanzado por otro.
Envidia: tristeza o pesar del bien ajeno. Deseo de algo que no se posee.
(Real Academia Española).
El significado de estas palabras en el hebreo se relacionan entre si y se usan para denotar sentimiento de disgusto producido al ser testigo u oír de la prosperidad de otros. Es desear intensamente y codiciar (Vine Diccionario Expositivo).
Son emociones egocéntricas. Muy ligadas entre sí. Tienen el poder de causar contiendas profundas, hacen daño a nuestra fe y nos limitan a disfrutar de las ricas bendiciones de Dios. Crean un ambiente de desaliento, frustración, ira, resentimiento, pensamientos inadecuados, derrotistas y enemistad.
Comienzan cuando creemos que otros tienen más de lo que tenemos nosotros. Cuando vemos que alguien está progresando y nosotros estancados. Percibimos que otro está en mejor posición o se ve mejor que nosotros. En fin, estamos concentrados en lo que no tenemos o no somos y nos preguntamos; ¿Porque ésta persona, sí y yo no?, ¿Y yo qué?
Para algunos es un hábito que se ha desarrollado desde la niñez. Crecen pensando que otros tienen mejores padres, mejores cosas, talentos y oportunidades. Se sienten inadecuados e intimidados cuando se relacionan con otros que “tienen más o son mejores”. Ya de adulto piensan que el cónyuge de otro(a) es mejor, se fijan en los hijos de aquellos que han alcanzado más, piensan que a los demás las cosas le salen mejor y otros han logrado lo que ellos no han podido. Para ellos la vida ha sido injusta.
Esos pensamientos se arraigan en el corazón, producen y exponen actitudes problemáticas y comportamientos amargos y perversos. Tiene conflictos donde quiera que van y sus relaciones interpersonales no son duraderas. Esta conducta se refleja en la iglesia creando insatisfacción, quejas y contiendas por ministerios, posiciones y celos por relaciones entre unos y otros. Lo triste es que ésta conducta no es fácil de identificar por el que la posee. ¿Quién admite tener celos y envidia?
En realidad celos y envidia es no estar satisfecho con lo que Dios nos ha dado. El tiene un plan para cada uno de nosotros pero no será en el tiempo en que deseamos y mucho menos en el mismo tiempo que El ya determinó para la otra persona. El que confía su futuro y vida a Dios nunca debe sentirse amenazado por las bendiciones y oportunidades que Dios le da a otros.
Cuando las cosas no llegan o no suceden en el momento es porque quizás Dios nos está haciendo esperar para revelar las verdaderas motivaciones de nuestro corazón llamando nuestra atención para que no nos fijemos en nosotros mismos, nuestros derechos y necesidades, sino en EL.
Síntomas:
Comparación, competencia, temor (a perder el control), ansiedad (por esperar), critica, indecisión (quiero pero no), inseguridad (dudar de si mismo).
Para la sanidad:
Debemos: evaluarnos, admitir, pedir ayuda al Espíritu Santo, someternos a Dios, rendir a Cristo todo derecho de merecer o cree tener. Arrepentirnos de todo mal pensamiento, actitud, conducta y mal hecho hacia los demás.
Santiago: 3:14, 17
Si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad… porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa…
Gálatas: 5:19, 20, 21
Y manifiestas son las obras de la carne que son; celos… envidias
Pidámosle al Espíritu Santo que nos continúe sanando y transformando para que seamos testimonio vivo y alabanza a nuestro Dios.












Comments